Capítulo I
Pulso Órfico y
Luces mortecinas
Aquí la iniciativa
al cuestionamiento de la realidad, de todo es tejido acerca de todo lo que es
por todo principio ético y de formación material. Los planos de
posibilidad son infinitos, pero el leif motif que marca la ruta de una trama principal
que está tejida para la ruta de análisis que lleva por muchos lugares dentro de
los limites de un capítulo acerca del tejido opuesto a lo que es la principal causa de lo que ella quería, después de que cuaja en otras tramas el conflicto de
cada uno de los personajes representado por un autor en el sentido interno de las tramas secundarias que
son objetivas porque se tornan en movimientos espaciales y temporales que se pueden leer
en la realidad, después donde surge una némesis con los símbolos y los signos
que se están interpretando en la realidad.
En la alteridad de su segundo yo surge
una limitación al heroísmo de los que tratan de encontrar la forma de la
libertad ó de la capacidad de poner un límite a un lema que siempre surge en
los personajes de las tragedias y de las relaciones que se punen a través de las consecuencias que se van entrelazando de los medios de relación en los que alguien encuentra el principio y el fin a un acontecimiento. En un cuento o en una novela estas condiciones
de posibilidad dan a la historia una posibilidad de investigación sobre quien
en la realidad puede estar representando un modelo novelesco donde haya héroes
o traidores. El punto es no velar los límites de la razón sino expandir las
rutas por donde pasan los ejes de análisis y los ejes de acción, usted decide de qué hablar y de que no
hablar, las acciones en el Siglo XXI están reguladas por arquetipos y por mitos
urbanos, la mitología antigua se torna ahora en información de grado logístico al punto de que surgen personajes más analíticos de los acontecimientos históricos, personajes donde la tragedia se vive de otra manera, en los que el buen humor se ve más distante.
Los personajes
están uniformemente creados por una idea en el día en el que nacen: el ideal de
comunicarse, crear algo queo los deje transportarse, hablar de una escena que
los transporte al pasado, todos tienen un sueño que poner en común, pero en las
acciones el escritor a diferencia del historiador está contemplando como es que
los sueños de los personajes van cumpliéndose y hasta llegar al encuentro, hasta llegar al cuestionamiento
propio, y comienza el despertar, donde ponen en común una travesía o hay una
conversación.
Ese síntoma de los
escritores es para muchos el leif motiv el auto-cuestionamiento, o en encontrar la motivación a tener un acercamiento
a la lectura y la motivación a redactar lo que pasa en la realidad. De ahí
pensar en una alteridad, de ahí la poesía y la contradicción de los versos de
Poe y la tenue prosa de maupassant que graba en la mente un espectro de que es realmente lo que pasa en la casa donde
él se queda a escribir su relato de alguien que ha enfermado por amor.
Ambos tenían una
versión de sí dentro del texto y sin embargo eran otros al estar describiendo
su relato, el relato camina en la elocuencia y camina en la descripción, el
relato tiene una fisionomía que lo lleva a uno a soñar con la realidad de la
alteridad del texto, el metatexto donde ellos comienzan a contarle que es lo
que está pasando y usted inmediatamente reacciona y toma sus impresiones de lo
que ha acontecido el sueño. Esa impresión es un morthes lumens, o un orpheus
lathens que le está siendo dictado todo lo que usted debe recordar para
recuperar la cordura.
Un ritmo órfico y
un a luz mortecina es todo lo que
usted recuerda de la literatura,
¿cuándo hay realmente un juicio? La teoría de Twain en “Paseos y Remembranzas”
dice que el pulso órfico se encuentra en todas partes, se encuentra en la
sombra, solamente que orféo deja lugar para un día después, siempre que uno
encuentra a Orfeo está en el día siguiente, y si lo encuentra en el pasado deja
pistas, ocea en el sueño es el próximo acontecer, por eso uno a veces siente
que lo sabe todo, es un ejercicio de agilidad y memoria, pero también es un
ejercicio de brío y de lógica, hay que saber ofrendar a los Dioses sin perder
el contacto con los vivos.
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